
15.05.2024 – Desde la perspectiva filosófica y espiritual de San Agustín.
Agustín describe a la belleza como “tan antigua y tan nueva”. Esta paradoja resalta la eternidad de Dios y su verdad, que ha existido desde el principio. Al mismo tiempo, cuando se encuentra con Él, todo se renueva. De este modo, la belleza divina es una constante en la historia humana, pero cada encuentro personal con Dios trae una experiencia fresca y transformadora. Este aspecto dual es clave en la filosofía agustiniana, que sostiene que la verdad es inmutable, mientras que nuestra comprensión de ella puede variar con el tiempo. En esta célebre frase, San Agustín encapsula una experiencia universal de búsqueda, anhelo y transformación. La reflexión sobre el amor, el tiempo y la belleza divina invita todos a explorar su propia relación con lo sagrado, reconociendo que, aunque la búsqueda pueda haber llegado tarde, la oportunidad de experimentar y amar lo eterno siempre está al alcance. Este mensaje sigue resonando profundamente, invitando a la contemplación y al crecimiento espiritual en cada persona.