La experiencia fue única. Llegó justo en el momento en que necesitaba, un aliento emocional y el arte fue el mejor camino para eso. Me regaló la oportunidad de conocer y compartir con personas espectaculares, crear juntos, polemizar sobre diversos temas y aprender. Realmente cambió mi vida, la socialización me convirtió en alguien mucho más empático, sensible y respetuoso ante la otredad. Finalmente me regaló algo enorme, el amor. Es algo digno de repetir.
Hemos tenido todos un experiencia hermosa dentro del curso, por las relaciones inter-subjetivas, y las amistades que hemos construido en estos tres meses. Como hemos visto todos, se nos ha hecho bastante corto el tiempo, esto significa que hemos hecho algo bueno.
Creo que ha sido una puerta que se abrió, una posibilidad. Una puerta que no atravesamos dejando fuera lo que somos, sino entrando con todas nuestras experiencias, cargando esa mochila que a veces nos pesa y que ahora siento más ligera. Siento que nos ha ayudado a ser más nosotros mismos, a descubrir lo que tenemos adentro y a aquellos que nos rodean.
Me ayudó a abrirme más en el proceso creativo, incluso en mi forma de pensar, de actuar y a la vez me ayudó a conectar con otras personas, artistas, expertos en cada materia que aportaron su granito a esta expansión artística.
Una experiencia de vida única, en la que he experimentado un proceso de autodescubrimiento y encuentro con el otro. Me ha permitido romper todas mis barreras. Cambió mi visión sobre el arte y la vida en general. Me di cuenta que compartir es lo más bello cuando uno crea, porque es de allí que salen las cosas más hermosas de la vida.
He tenido la suerte de participar desde el inicio en el proyecto DAB y he notado en mi un cambio radical tanto en mi persona como en la forma de ver y sentir el arte.
De forma general todos estos cursos me han ayudado a reinventarme. Esto es vital en nuestra vida, no podemos vivir estancados en el “yo no puedo hacerlo”. El curso me ha ayudado a olvidarme del qué pueden decirlos demás de lo que hago, me ha ayudado a vivir de verdad y eso solo lo puede hacer el arte. Mi relación con el arte ha cambiado radicalmente, siempre me ha gustado más contemplar el arte pero ahora también me gusta crear, aunque no desee dedicarme profesionalmente a ello. Este curso me dio el empujón para formar parte del coro de mi escuela, para hacer un autorretrato, para fotografiar a otros a pesar de no tener idea ni de pintura ni de fotografía. Este curso en mi tiene la capacidad de eliminar vergüenzas, prejuicios con respecto a mí y a los demás y esto creo que solo es posible cuando las personas que están detrás de todo son capaces de hacer sentir a los que formamos parte de el de estar en un lugar seguro, de acogida. No hay nada más hermoso que aprender de los otros y sentirse como en casa con personas que apenas conoces su nombre y eso también lo ha logrado DAB.
Yo me siento una persona totalmente diferente y sinceramente me manifiesto en mundial a día muy diferente. Es un trabajo largo, no es de un día pero este curso ha contribuido en mi persona a eliminar vergüenzas y los límites que yo misma me ponía. Me ha ayudado a disfrutar de mí, del arte y de la experiencia de contemplar al otro como un don, como un instrumento para ayudarme a ser mejor.
Creo que tiene mucha relación mi experiencia en este proyecto con la belleza. Creo que la belleza es una forma de contemplar el bien, de manifestarse el bien en este mundo y a través del arte somos capaces de personificar esa belleza, que parece algo abstracto pero que está dentro de nosotros y el arte es el medio para sacar la belleza que llevamos dentro, para destacar la belleza de las cosas y las personas.
2022 – Dentro y a través de la Belleza – Cuba
Todos estamos capacitados para crear arte, somos nosotros mismos quienes nos ponemos límites. Este curso es necesario para descubrir en nosotros la manera de sacar todo lo artístico, el arte que llevamos dentro y creo que ha sido una experiencia muy útil para todos.
Cuando ingresé en el curso La Pasión Creativa estaba pasando por una situación muy complicada en mi vida. Tenía miedos inseguridades y me habían decepcionado personas importantes.
Actualmente puedo decir que este curso cambió mi vida para muy bien por varios motivos. En primer lugar, me permitió sanar mis temores a través del arte y canalizar mis inseguridades con los ejercicios de movimiento y de encuentro con el otro. En segundo lugar, conocí muy bellas personas que hoy forman parte de mí y yo también formo parte de ellos. En tercer lugar, pude aprender acerca de las múltiples connotaciones que tiene la identidad y como puede ser síntoma de integración y desintegración al mismo tiempo. En cuarto lugar, fui capaz de ver la vida con otros ojos, es decir, con optimismo y con esperanza de un futuro mejor. Esta oportunidad me devolvió las ganas de soñar y de creer en los procesos de cambio y trasformación en colectivo y también individuad.
Si tuviera que destacar algo singular y extraordinario de este curso, es la posibilidad que ofrece a los cursantes de ser ellos mismos, sin temor a ser juzgados, rechazados u ofendidos por el resto.
Es un espacio de libertad no solo creativa, sino también cultural, identitaria y artística. Esto posibilita que al final de este maravilloso tiempo juntos, yo me haya sentido alumna y profesora en cada etapa del proceso, pues aprendí de todos y siento que, en el fondo, mis compañeros también lo hicieron de mí. Mis percepciones acerca de la belleza, hoy son menos exigentes y más justas, lo bello está en la capacidad de aceptar, aun en medio de la diversidad, lo sublime de ser autentico.
Redescubrí, que la vida no se trata de aquello que se puede ver de frente a un público, sino de aquellos momentos en los que el silencio y las miradas del otro logró transformar los instantes. Para mí, constituyó una manera de sanar mi relación conmigo y con el mundo, de una forma tan sencilla, pues gusta cuando escuchamos que: “Tu sola presencia es bastante, no importa cuánto puedas o no aportar”.
La libertad de ser, vivir el ahora, sin estar disgustado con el pasado, o desesperado con el futuro pude lograrlo en ese espacio, pues el dialogo de mi profesara que incitaba a soltarse, que emanaba empatía, y el rostro de mis compañeros, en los que se podía observar miedo a mostrarse, un miedo colectivo, me motivo a bajar mis defensas. Pude sentirme parte de lo que estaba ocurriendo, aunque mis intenciones nunca fueron integrarme, pues cuando uno decide abrirse, dejar de retener aquello que nos pesa, y lo reconocemos ante un grupo, la sanación vendrá consecuentemente. En las pequeñas cosas, casi sin hablar, sin intentar demostrar nada, ahí fue cuando descubrí que lo único que necesitaba era ser yo misma. Por tanto, nada es para mí igual luego del taller. Continúo un camino de apertura constante hacia el otro, no me resulta indiferente lo insignificante, ya sean momentos de silencio, de contacto con otros, porque sé que ahí me puedo hallar.
La belleza se encuentra en todo. No creo que exista algo que no tengo atisbo de belleza. Pero cuando nos referimos a ella, según puedo llegar a comprender, nos hacemos referencia a esa necesidad intrínseca que tiene el hombre de buscar soluciones, salidas, quizás una búsqueda de la verdad, o el bien, de algo que nos trasciende; incluso en circunstancias austeras. Visto de esta forma, aunque creo que no llego a comprender el verdadero significado de este concepto, la búsqueda de la belleza es algo que tenemos todos innatos, y no creo que exista ser humano que no la busque, aunque se camine en sentido contrario hacia perdición, porque todos intentamos ver la luz en la oscuridad, no somos seres de oscuridad. Y sí vi belleza en los talleras.
¿Dónde la vi? Pues en cada actividad que se hacía, emanaba una gran belleza, pues todo acto, tanto las clases que se impartía, que eran herramientas que permitían el autoconocimiento como en las clases prácticas, permitían la creación de espacios donde era propicio ver más allá de la simple apariencia. Encontrarse con el otro, es un salto que nos permitirá encontrarnos a nosotros, y veo la belleza precisamente, en aquellas herramientas que sacaban parte de la miseria interna, haciéndonos enfocar en el rostro del otro, y ver atisbos de la verdad. Para mí, no existe vía más rápida para comprender al mundo, que no sea intentando comprender a otro ser, las conexiones humanas salvan, la empatía, también y la belleza sin duda se une a ellas.
Cuando ingresé en el curso La Pasión Creativa estaba pasando por una situación muy complicada en mi vida. Tenía miedos inseguridades y me habían decepcionado personas importantes.
Actualmente puedo decir que este curso cambió mi vida para muy bien por varios motivos. En primer lugar, me permitió sanar mis temores a través del arte y canalizar mis inseguridades con los ejercicios de movimiento y de encuentro con el otro. En segundo lugar, conocí muy bellas personas que hoy forman parte de mí y yo también formo parte de ellos. En tercer lugar, pude aprender acerca de las múltiples connotaciones que tiene la identidad y como puede ser síntoma de integración y desintegración al mismo tiempo. En cuarto lugar, fui capaz de ver la vida con otros ojos, es decir, con optimismo y con esperanza de un futuro mejor. Esta oportunidad me devolvió las ganas de soñar y de creer en los procesos de cambio y trasformación en colectivo y también individuad.
Si tuviera que destacar algo singular y extraordinario de este curso, es la posibilidad que ofrece a los cursantes de ser ellos mismos, sin temor a ser juzgados, rechazados u ofendidos por el resto. Es un espacio de libertad no solo creativa, sino también cultural, identitaria y artística. Esto posibilita que al final de este maravilloso tiempo juntos, yo me haya sentido alumna y profesora en cada etapa del proceso, pues aprendí de todos y siento que, en el fondo, mis compañeros también lo hicieron de mí. Mis percepciones acerca de la belleza, hoy son menos exigentes y más justas, lo bello está en la capacidad de aceptar, aun en medio de la diversidad, lo sublime de ser autentico.
Considero que la primera edición del curso –Dentro y a través de la Belleza– y la segunda edición del curso –La Pasión Creativa– son dos versiones de mí muy diferentes, pues mi camino ha ido evolucionando y han aparecido nuevos intereses. Pero, si algo tiene en común ambas ediciones, es que me han ayudado a salir de mi zona de confort. En la primera edición me enfrenté a un espacio desconocido con personas desconocidas que después se convirtieron en amigos y compañeros en el viaje hacia el (re)descubrimiento de la belleza. En la segunda edición superé mi miedo escénico y participé en la actividad del movimiento detrás de las cortinas. Por lo tanto, puedo afirmar que estas experiencias han sido dos puntos de inflexión en mi vida para transformarme: cambiar las formas de relacionarme y valorar a las personas de mi círculo, cambiar la manera de pensar y hacer las cosas, verlas desde otra mirada.
La belleza es un término subjetivo. Para mí una de las cosas más bellas es la vida porque es como una oruga que se convierte en mariposa, es decir, un proceso en constante transformación que puede tener diversas etapas: unas dolorosas y otras felices. En el 2023 he aprendido a mirar, pensar y reflexionar las cosas desde una manera diferente. He tenido muchas lecciones que me han permitido tener diversos aprendizajes. Por ejemplo, he aprendido que en la vida hay personas que llegan para enseñarnos algo y luego se van (esa enseñanza puede ser dolorosa, pero era el método que se requería para aprender), también hay personas que han estado toda la vida y de repente se van, y otras que llegan aparentemente con un período de tiempo efímero y terminan quedándose.